29 de enero de 2017

Lecciones de Stalingrado

Por Nestor Guadaño


En la historia de la Humanidad, hay fechas, acontecimientos y virajes cardinales que se explican, sencillamente.

Porque para una persona corriente, aquella que están más consciente de la explotación que recibe en esta sociedad, cuando se le menciona la palabra: Stalingrado...esboza una mueca de esperanza.

Muchas de las libertades del pensamiento de la clase obrera mundial se encendieron después de la Victoria Soviética.

Planes subjetivos y objetivos

Tras la derrota del Ejército Nazi Alemán ante Moscú, el 3 enero de 1942, Hitler le dijo en una conversación al embajador de Japón en Berlín, General Oshima: “No pienso lanzar más ofensivas en el Frente Central. Mi objetivo será el avance en el sur. En cuanto mejore el tiempo emprenderé un ataque en el Cáucaso. Esta es la dirección más importante. Tenemos que acceder al petróleo, tener salida a Irán e Irak”.

El Mariscal de campo Friedrich Von Paulus, general en jefe del 6º Ejército, que fue derrotado en Stalingrado, preparó detenidamente en el verano del 42, las acciones a desplegar para destruir a las fuerzas soviéticas y tomar la ciudad. Poco antes Hitler, durante un discurso en Poltava (Ucrania), explicándoles el objetivo de la invasión de la URSS: "Mi idea principal es ocupar la zona del Cáucaso tras asestar un golpe decisivo a las tropas rusas. Si no conseguimos el petróleo de Maikop y Grozni (Chechenia), tendré que poner fin a esta guerra".

Pero la Inteligencia Soviética informó con suficiente antelación al Consejo de Defensa de la URSS, que no iba a haber una nueva ofensiva sobre Moscú. Por ello, sabiendo con antelación la disposición de las fuerzas nazis, los mandos soviéticos diseñaron un plan riguroso para impedir el avance hitleriano.

Los estrategas soviéticos comprendieron el tremendo error estratégico alemán: Dos objetivos muy distantes (Grupo A hacia el Caúcaso y Grupo Azul hacia Stalingrado). Prepararon las divisiones que sostendrían una batalla de desgaste, utilizando las tropas necesarias para contener porfiadamente el empuje nazi, el 62º Ejército de Chuikov y el 64º Ejército de Shumílov.


Movilizaron tres nuevas divisiones, especialmente preparadas para asegurar eficazmente la defensa: 
La Primera, experta en la lucha cuerpo a cuerpo, compuesto por gimnastas, deportistas, miembros de las Fuerzas Especiales del Ministerio del Interior y "paracaidistas rojos", trasladado desde Moscú, compuesto en un 90 % por miembros destacados del Partido Bolchevique (recordemos que al frente de una de estas unidades cayó Rubén Ibárruri), a su alrededor de apoyo se enviaron brigadas de voluntarios de las fábricas, milicianas stalingradenses e ingenieros que hicieron de todo el frente, un fortín unificado. 
La Segunda de trabajo, decenas de kilómetros de trincheras, fosos antitanques, nidos de ametralladoras, campos de minas, en el laboraron miles de hombres, mujeres, ancianos y niños durante un mes, a pesar de los bombardeos, inclusive durante las noches. 
La Tercera en la propia ciudad, 13ª División de Fusileros de la Guardia del Coronel General Alexandr Rodimtsev (que había participado como asesor en la Batalla de Guadalajara), fue enviada a la linea del frente más comprometida (fábricas, almacenes y el río Volga), en su apoyo se desplegaron Brigadas de Artillería, de Defensa Antiaerea (compuesto en su mayoría por mujeres), de Tiradores (los célebres snipers), Minadores (muchos de ellos republicanos españoles) y Unidades de Reacción Rápida (que realizaron increíbles ataques tras la retaguardia alemana).

El General Vasili Chuikov, comandante del Frente dió orden tajante de no realizar contraataques menores, a no ser que fueran absolutamente necesarios, a fin de impedir al enemigo llegar a la orilla occidental del Volga. Entre los restos destruidos de los edificios, los soldados soviéticos que se mantenían disparando entre los escombros, escribían en las paredes el siguiente lema: "Resistir a muerte".

Entonces, mientras los alemanes se centraban enteramente en capturar la ciudad, acumulando más y más divisiones, el Consejo de Defensa Soviético concentró secretamente en la orilla oriental del Volga diez ejércitos que secretamente prepararon una extraordinaria contraofensiva de cerco. El 13 de Septiembre bajo la dirección de Iosif Stalin, Gueorgui Zhukov y Alexandr Vasilevski, tomaron la decisión de mantener la defensa ferrea de la ciudad y preparar la contraofensiva, bajo el nombre de "Operación Urano".

Porque el desconocimiento que tenía el mando nazi de las Fuerzas del Ejército Rojo, su disposición en el Frente y sus Reservas Estratégicas, era considerable. En la reunión del 12 de septiembre de 1942, celebrada en la ciudad ucraniana de Vínnitsa, Hitler advirtió a Friedrich Von Paulus y a otros generales: “La resistencia en Stalingrado debe ser calificada como local. Los rusos ya no son capaces de realizar operaciones estratégicas de gran envergadura que puedan representar para nosotros algún peligro... Hay que intentar tomar la ciudad cuanto antes para no permitir que se convierta en un problema por mucho tiempo”.

Y mientras una punta de lanza constituida por Divisiones Panzer se dirigía hacia el Caucaso, Stalingrado, esa ciudad que debía ser tomada en un mes a lo sumo, se tragaba a las mejores divisiones de la Wehrmacht, (Aparte del 6º Ejército, se añadió el 1º Ejército Blindado y después el 4º Ejército Panzer del General Hermann Hoth). Era como un "agujero negro", tenían que concentrar divisiones satélites de sus aliados rumanos, húngaros e italianos, desplazando fuerzas de reservas del Frente Sur, rediseñar nuevos Ejércitos de Aviación, y sobre todo mantener cientos de miles de soldados para llevar los pertrechos necesarios para sostener el asedio. 

    

Conciencia Soviética

Y fue posible gracias a su sociedad de trabajadores libres.

Libres de la opresión capitalista. Libres de la Bestia Nazi. Libres de pensar que otra sociedad es posible.

Solamente un Sistema Social con estas características pudo conseguir destruir de un golpe las ideas imperialistas, de que el dinero es más importante que los seres humanos.

Porque como muchos trabajadores, escritores, emprendedores, historiadores y luchadores por romper el muro de silencio de la opresión imperialista, Stalingrado fue el viraje fundamental en el devenir de la II Guerra Mundial.

Durante la batalla se desarrolló extraordinariamente la conciencia de clase en la URSS. En los mítines de las fábricas, en las plazas de Stalingrado, en las unidades del Volga, se desarrolló la consigna "Ni un paso atrás". En las banderas de las milicias obreras estaban escritas las siguientes expresiones “¡Por la Patria! ¡Por Stalin!”. Estas contundentes consignas, se inscribieron en los tanques, se coreaban en las contraofensivas y galvanizaban a los combatientes. Estos lemas fueron llevados por el Ejército Rojo hasta Berlín.

Stalingrado cambio la forma de entender la Historia. Demostró que el Pueblo Soviético en aquella Guerra de Agresión Imperialista, realizada por el fascismo alemán, tenía que ser respondida por una Guerra de Clase. La supervivencia del Sistema Social Soviético fue defendido por millones de trabajadores en todo el mundo. Y en los hechos con millones de bajas, la Unión Soviética luchó contra el exterminio de su población.

Porque su papel no se circunscribió solamente a una batalla más o menos sangrienta, sino que profundamente cambió la estrategia del Tercer Reich, ya que la derrota en el Volga, dejó a los seguidores de Hitler sin planes de acabar la guerra a corto plazo, y tuvieron apresuradamente que modificar sustancialmente su pensamiento sobre el Ejército Rojo y la Sociedad Soviética.

Nunca, en ninguna batalla la Wehmacht había sufrido tantas bajas: un millón y medio de soldados y oficiales, que representaban la cuarta parte de las tropas de Alemania en el Frente Oriental. El número de los prisioneros de guerra superó, según los datos soviéticos, las 154.000 personas.

Los soviéticos perdieron 478.741 muertos y 650.878 heridos. 

Futuro y Conciencia

Y digo que cambió el curso de la Historia. Pues Turquía y Japón se abandonaron sus proyectos de atacar la URSS, aceleró la ruptura de Italia con el Eje, se renovó la lucha en Libia con envíos de fuerzas estadounidenses, el apoyo a los comunistas en los países ocupados se hizo más visible, el movimiento guerrillero en Europa y sobre todo en las zonas occidentales ocupadas de la URSS se intensificó, pues todos estaban convencidos del triunfo del Ejército Rojo. 

Tras la batalla, las fuerzas nazis, ya no pudieron desplegar ninguna ofensiva estratégica. Semanas después de Stalingrado, el Ejército Rojo lanzó ocho ofensivas que liberaron toda la cuenca del río Don. Precipitó la retirada con enormes pérdidas de soldados y material del "Grupo de Ejércitos A" del Frente del Cáucaso, poniendo fin a la amenaza que se cernía sobre los campos petrolíferos soviéticos.

Charles Chaplin con clarividencia comprendió el significado para los trabajadores del mundo de aquella victoria del pueblo soviético: “Rusia, has ganado la admiración de todo el mundo. Rusos, el futuro es vuestro”.

F. D. Roosevelt, comprendió su importancia: "Esta gloriosa victoria paró la ola de la invasión y es el punto de viraje en la guerra de las naciones aliadas contra las fuerzas de la agresión". 

El imperialismo intenta reescribir la historia, "Pero la verdad de la historia siempre seguirá siendo la verdad".
Y esta ha demostrado que la verdadera alentadora del fascismo ha sido, es y será creada por el Imperialismo. "Me parece, decía Lenin en el tomo 26 de las Obras Completas, que lo principal, que generalmente se olvida o se le presta escasa atención, por lo cual se traban tantas discusiones, quizá vanas, sin finalidad, es el carácter de clase de la guerra, sus causas, las clases que la sostienen, las condiciones históricas e histórico-económicas que la han generado".

En el Centenario de la Revolución de Octubre, las lecciones de la Batalla de Stalingrado están muy presentes. La conciencia de la defensa de una nueva sociedad, del Socialismo y el Comunismo tenemos que hacerla pública. 

Es un mensaje para el futuro, es la más clara prueba que el proletariado, con su partido de clase y con una sociedad libre de las ataduras de la esclavitud asalariada, puede lograr todos aquellos objetivos que se proponga, pues también en Stalingrado "Comenzó el Futuro".




Fuentes:

* Agencia de Prensa "Sputnik" (Secciones "Sputnik news" y "Sputnik mundo").
* Sobre el pasado en aras del futuro. Agencia de Prensa Novostí. 1985 Moscú.
* J. V. Stalin. La Gran Guerra Patria de la Unión Soviética. 1945 Moscú.
* Golovanov, A. Dalnyaya bombardirovochnaya. Delta NB, 2004 Moscú.

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