7 de agosto de 2016

"Un hombre que sueña": artistas de Cuba a Fidel Castro por sus 90 años

Por Cuba Debate

Una canción realizada por los CDR junto a Arnaldo Rodríguez (Talismán), Mayito Rivera (ex Van Van), Laritza Bacallao (en la foto), Waldo Mendoza, Lena de la Torre y Dayany Gutiérrez.

"Un hombre que sueña"

Hay un hombre que sueña la luz de la belleza,
y se quita la piel
disparando en un verso,
palpita el corazón de un yate en la tormenta,
la orilla es redención la patria el universo.

Hay un hombre que lanza en su sed la certeza,
y rescata las velas del viento que azota,
proyecta la razón directa a las estrellas,
pone cura al dolor y repara el alma rota.

Hubo Girones y molinos,
salió el sol tras el diluvio,
amanecieron horizontes,
naufragaron viejos muros.

Hubo profetas y traidores,
Martí latiendo en el bolsillo,
hubo mambises y quijotes,
junto a la alegría de los críos.

Y aquel hombre soñaba todavía,
vigilante absuelto por la historia.
Precisan estos años la utopía.
Eterno guerrillero de victorias...
..de victorias.

Hay un hombre que lanza la fe directa a las estrellas,
hay un hombre que sueña la luz, caminando con firmeza.

Hay un hombre que lanza la fe directa a las estrellas,
un hombre que da su vida entera por Cuba y su bandera.

Hay un hombre que lanza la fe directa a las estrellas,

Y un Fidel que vibra en la montaña, 
regando la esperanza, 
de un nuevo amanecer.  

Caminante no hay camino,
caminante no hay camino, 
¡oyelo bien!,
se hace camino al andar,
oye como canta Cuba entera.

Caminante no hay camino,
y sale el sol tras el diluvio. 
se hace camino al andar,   
 
Y es que la era esta pariendo un corazón... 

Caminante no hay camino,
se hace camino al andar,
se hace camino al andar, súbelo.           



Canto a Fidel

No voy a nombrar a Oriente,
no voy a nombrar la Sierra,
no voy a nombrar la guerra
–penosa luz diferente–,
no voy a nombrar la frente,
la frente sin un cordel,
la frente para el laurel,
la frente de plomo y uvas,
voy a nombrar toda Cuba,
voy a nombrar a Fidel.

Ese que para en la tierra
aunque la Luna le hinca,
ese de sangre que brinca
y esperanza que se aferra;

ese clavel en la guerra,
ese que en valor se baña,
ese que allá en la montaña
es un tigre repetido
y dondequiera ha crecido
como si fuese de caña.

Ese Fidel insurrecto
respetado por las piñas,
novio de todas las niñas
que tienen el sueño recto.

Ese Fidel –sol directo
sobre el café y las palmeras–;
ese Fidel con ojeras
vigilante en el Turquino
como un ciclón repentino,
como un montón de banderas.

Por su insomnio y sus pesares,
por su puño que no veis,
por su amor al veintiséis,
por todos sus malestares,
por su paso entre espinares
de tarde y de madrugada,
por la sangre del Moncada
y por la lágrima aquella
que habrá dejado una estrella
en su pupila guardada.

Por el botón sin coser
que le falta sobre el pecho,
por su barba, por su lecho
sin sábana ni mujer
y hasta por su amanecer
con gallos tibios de horror;

yo empuño también mi honor
y le sigo a la batalla
con este verso que estalla
como granada de amor.

Gracias por ser de verdad,
gracias por hacernos hombres,
gracias por cuidar los nombres
que tiene la libertad…

Gracias por tu dignidad,
gracias por tu rifle fiel,
por tu pluma y tu papel,
por tu ingle de varón.

Gracias por tu corazón.

¡Gracias por todo, Fidel!

Por Carilda Oliver Labra

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