11 de agosto de 2014

75 años hace del asesinato de las 13 Rosas Rojas

Por Nestor Guadaño


Sus nombres siempre vuelven. Y especialmente este 5 de Agosto. 13 Rosas de 18 a 29 años.


Jóvenes miembros y simpatizantes de las JSU (Juventudes Comunistas), y por ello, para escarmiento de los trabajadores las asesinó la dictadura franquista. Cientos de miles cayeron durante aquella guerra y después en la mas horrenda de las cárceles impuesta por los militares y la casta de los ricos llamada "la victoria". Aquel día 5, también fueron fusilados 41 hombres comunistas, en represalia de un atentado contra un comandante de la Guardia Civil en Talavera de la Reina. Franco en aquellos años vociferaba: "Juro aplastar y hundir al que se interponga en nuestro camino".

Las recordamos: Carmen Barrero Aguado, Martina Barroso García, Blanca Brisac Vázquez, Pilar Bueno Ibáñez, Julia Conesa Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil Olaya, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero Salas, Victoria Muñoz García y Luisa Rodríguez de la Fuente.
Sacadas de la cárcel de Ventas y fusiladas en 1939 en las tapias del Cementerio del Este. Aquellas descargas que mi padre oía por las noches. Aquellos estampidos violentos que laceraron de lágrimas sus ladrillos hasta 1944. 
Tras la descarga, Ana López Gallego, de 21 años, modista, militante de las JSU, secretaria de Radio Chamartín, quedó con vida se levantó con ira y mirando a los fusiles exclamó a los criminales: “¿Es que a mí no me matan?” Esta es la clase de proletarias que allí quisieron borrar de nuestra memoria. Ejemplo de dignidad y lucha obrera.



Pero, por más que quieran, los poderosos de los mercados y la sangre no podrán olvidar sus palabras, la memoria colectiva del pueblo trabajador y sus vidas.
No ha habido juicio a sus verdugos, ni a los instigadores del golpe de Estado, ni a los jerarcas que hicieron del terror durante 40 años un arma contra la población. Aún hay miedo a que vuelvan los militares (en susurros los mayores lo esparcen cuando los trabajadores reclaman sus derechos laborales). Los vencedores no han tenido su "Nuremberg", ni lo tendrán si seguimos con el Estado Monárquico, si el Socialismo no logra hacer entender en las escuelas, que la historia de los vencidos, es la historia de la Democracia, de la Justicia Social. Una República de Trabajadores. 



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