16 de diciembre de 2013

Un regalo de amor fraternal

Enviado por communist.ucoz.org. Traducción Igor T.



Un día, hace treinta y seis años, un atleta soviético dejo de practicar su deporte. La historia es aparentemente anodina, como este tipo, hay miles de informaciones en el mundo del deporte. Pero, sólo a primera vista. Debido a que quién lo dejó, (¡es prepárense los incrédulos!) 11 veces consiguió el récord mundial de natación con aletas, fue campeón del mundo 17 veces, campeón de Europa en 13 ocasiones, siete veces campeón de la URSS.


Los atletas con este "historial" en el mundo deportivo se pueden contar con los dedos.Y ocurrió en su mejor momento, en el cenit de su fama y de su carrera, de repente se fue del deporte, y unos años más tarde abrió un pequeño taller en Moscú, para la fabricación de calzado. Este hombre, en el más amplio sentido de la palabra, enterró su talento en la tierra, o más bien, se le ahogó en el agua helada y sucia de un lago de Erevan. Pero echarle a el la culpa, casi nadie se atreve, incluso los aficionados más fervorosos.


... Ese día, el 16 de Septiembre de 1976 en Ereván, un trolebús cayó al agua, pasando por la presa. Noventa y dos pasajeros fueron enterrados vivos a diez metros de profundidad. Todos ellos estaban condenados a una muerte inevitable, si no fuera por un suceso: al mismo tiempo corría a lo largo del lago artificial, el múltiple campeón del mundo en buceo Shavarsh Karapetyan. En consecuencia, los expertos admiten que nadie en el mundo, sólo alguien dotado físicamente de una forma excepcional, podía hacer lo que hizo entonces Shavarsh. Buceó hacia el autocar al encuentro de la turbia agua, rompió con sus piernas la luna trasera del cristal del trolebus, y comenzó a tirar de los pasajeros inconscientes. Más de veinte minutos en el agua con temperatura de hielo. Salvando a veinte vidas. De hecho, sacó del autocar a más gente, pero no todos fueron rescatados vivos. Cuando Shavarsh una vez más salió a la superficie, la población se hacinaba junto a la presa, viendo su cuerpo lacerado por la multitud de cristales de la ventana rota.


Entonces, le preguntaron: ¿cuál fue entonces el más aterrador instante?, Shavarsh respondió: "Yo sabía que, a pesar de todo mi entrenamiento, sólo podía durar una cierta cantidad de inmersiones. Allí, en el fondo había una visibilidad cero, así que cogí a un hombre que estaba sentado, en mis brazos y nadé con él hacia arriba. Una vez salí y vi que en mi mano ... había un cojín de cuero del asiento. Lo miré y me di cuenta de que el precio de mi error era la vida de alguien. Con esta almohada entonces soñé toda la noche".

Tal hazaña le costó una neumonía bilateral grave, complicada por el envenenamiento de la sangre en general, de los detritus arrojados por las alcantarillas en el lago de la ciudad. Los médicos con gran dificultad le salvaron la vida, pero volver a ejercer deporte no podía seguir: Shavarsh Karapetyan se convirtió en un discapacitado.

Él arruinó para siempre su destacado talento nadador. Pero creció su don de amor a las personas, multiplicado por esos terribles veinte minutos, en repetidas ocasiones.

Notas del Traductor:

-Ese don de amor por las personas lo repitió, el 19 de febrero de 1985. Shavarsh pasaba cerca de un edificio en llamas, en el que había varias personas atrapadas en su interior. Se precipitó y comenzó a sacar a los damnificados sin pensarlo dos veces. Una vez más, quedó herido de gravedad (con quemaduras de primer grado) y pasó mucho tiempo en el hospital.
-Se creó la Orden al Valor en su honor (Insignia de Honor).
-Un  asteroide del cinturón principal, número 3027, le pusieron de nombre Shavarsh, descubierto por Nikolai Chernyi.


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